lunes, 17 de marzo de 2008

Tres días en Barcelona (V)


En la tele del hotel, mientras nos entregamos al sueño, se suceden viejas imágenes de Aznar. Los cuatro tertuloides de siempre vociferan (no todos tanto como M.A.R.) y escupen sus personales interpretaciones de la trayectoria del líder del PP. Un hombre ante todo siniestro, cuyo gestos, muecas y discursos son sin duda el germen de las pesadillas de esa noche. A la mañana siguiente, amparados por la generosidad de Diego, decidimos quedarnos un día más en Barcelona. En una tasca de la Rambla de Catalunya me zampo una calçotada histórica. Mientras hacemos la digestión vagabundeamos por el Eixample y compramos un ratito de elegancia adquiriendo dos pares de zapatos tan modernos como clásicos. De nuevo en El Raval, echamos la tarde escarbando en las tiendas de discos de la calle Tallers. El botín: rarezas y viejos tesoros audiovisuales de Tindersticks, The Pixies, Joy Division y Franz Ferdinand, entre otros. A las siete y cuarto ya estamos sentados en la sección de libros de la Fnac, donde Agustín Fernández Mallo presenta Nocilla Experience, asunto notable que merece una entrada propia en este humilde cuaderno.

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